viernes, 10 de abril de 2009

¿Era necesario Pipo?


En las últimas horas, la decisión de Gorosito de Marginar a Barbosa del partido frente a Gimnasia de la Plata ha conmocionado al ambiente riverplatense. Según allegados al técnico, los motivos son futbolísticos y en consecuencia el próximo domingo veremos a Vega en el arco Millonario.
Teniendo en cuenta que Barbosa sólo atajo cuatro partidos y que fue figura ante Nacional de Montevideo, la pregunta que nos hacemos es si era realmente necesario cambiar al arquero. LA duda aumenta más aun, teniendo en cuenta que sólo faltan diez días para el Superclásico y que en teoría atajaría un jugador que no sumó ningún minuto en el arco de River en lo que va del certamen.
Sin ninguna duda esta ha sido una decisión polémica por parte del técnico de River, cuya modificación estará sujeta a los resultados. Si el equipo gana, todo pasará, pero si el resultado no es negativo las tintas se recargaran sobre el DT, quien deberá demostrar si verdaderamente tiene personalidad para sobrellevar el barco en aguas turbulentas.
Ahora, este cambio también nos invita a plantearnos si es justo relegar la responsabilidad de los malos resultados en un solo jugador. A priori la respuesta sería que no, ya que este es un deporte de equipo en el cual antes de que la pelota llegue al arco propio debe pasar por los delanteros, los medio campistas y los defensores. Hoy esta claro que son pocos los jugadores que se pueden ir tranquilos a su casa por el rendimiento demostrado en la cancha y esto nos hace pensar que a lo mejor habría que usar la misma tijera que usó el Tolo Gallego en Independiente para cortar más cabezas.

Nadie tiene la fórmula del éxito


El violento recibimiento que los simpatizantes de San Lorenzo les dieron a los integrantes del plantel –tras su eliminación de la Copa Libertadores- tiene que servir de ejemplo y llamar a la reflexión a muchos que creen que hay una forma determinada de ganar cosas en este deporte.
Antes que nada hay que decir que toda acción violenta es repudiable y bajo ningún punto de vista puede ser repudiable. Es evidente que en este país el fútbol se vive con mucha más pasión que otros aspectos sociales, como por ejemplo la política y eso hace que se lleven a cabo actos que no se trasladan a otros ámbitos.
Bajo esta premisa, el día de la fecha hemos sido testigos de un hecho inédito en el cual los jugadores de San Lorenzo fueron insultados y agredidos por un grupo de simpatizantes que no toleraron la prematura eliminación del conjunto de Boedo de la Libertadores.
Este es un claro ejemplo de que la fórmula del éxito no existe. Cuando nos referimos al plantel cuervo, estamos hablando de un plantel sumamente nutrido de jugadores con alta cotización en el mercado, que fue armado exclusivamente para consagrarse en el certamen continental. Al mismo tiempo, se dispusieron premios y sueldos sumamente elevados, para evitar disgusto entre los jugadores.
Con esto queremos decir que a pesar de que se llevó a cabo un plan específico para lograr el título, ello no pudo evitar que los objetivos quedaran truncos y ello nos invita a la reflexión y a saber que toda obsesión es negativa y perjudicial.
Esto es algo que a la gente de River la toca de cerca, porque es sabido que en los últimos años la Copa Libertadores ha sido muy esquiva y en consecuencia se ha convertido en el anhelo de los simpatizantes. Pero hay que entender que todo certamen representa un alto grado de dificultad ya que representa una competencia de alto nivel y como tal incluye a una gran cantidad de equipos que pelean por el mismo objetivo común: consagrarse en lo más alto. Bajo dicha premisa, hay que entender que esta realidad comprende los tres resultados existentes en el fútbol y nadie se encuentra excento de ello.
Pero así como la gente debe ser más tolerante, los jugadores también deben entender lo que se está jugando y la camiseta que se está defendiendo. En el caso de los jugadores de River, es hora de que valoren la actitud de sus hinchas que decidieron olvidarse del último puesto obtenido en el campeonato pasado y seguir alentando masivamente. Con lo cual hoy no puede ser excusa que la presión de la hinchada los hace acelerar en el campo de juego. La gente de River está batiendo todos los records de recaudación y no acude a los estadios precisamente a insultar.
Como bien dijo Gallardo, es hora de hablar menos y jugar más y algunos jugadores tienen que empezar a jugar de una vez por todas.
Pero al margen de todo, lo ocurrido hoy es algo que afecta a todo el ambiente futbolístico e invita a la reflexión y a la autocrítica por parte de los distintos sectores del ámbito deportivo y social.