lunes, 23 de marzo de 2009

Con más ganas que fútbol


River volvió a sufrir más de la cuenta para llevarse tres puntos de local ante San Martín de Tucumán. El gol desde el vestuario convertido por los visitantes, hizo muy cuesta arriba la remontada que recién pudo vislumbrarse en el complemento. Pero hasta entonces se vio a un conjunto de Gorosito dubitativo en el fondo, con una dupla de centrales –integrada por Cabral y Quiroga- que no termina de afianzarse y un Ferrari que pone mucho empeño en lanzarse al ataque y luego queda sin aire para emprender el retorno hacia su posición original.
Estas mismas dudas del fondo luego se trasladaron al resto de los sectores del campo. Buonanotte –ubicado como enganche-, en lugar de acercarse a Ahumada para tomar el balón y participar de la generación del juego, se abría hacia los costados, obligando a Falcao a dejar el área para pivotear. De tal modo, en la primera etapa se hizo muy complicado tener chances de gol.
En el segundo tiempo se vio otra actitud. Los tucumanos se replegaron para acertar una contra y le cedieron la pelota a River que a base de centros se imponía cada vez con mayor presencia en el terreno rival. A los 10 minutos se produjo el ingreso de Gallardo y allí apareció la claridad que el local estaba necesitando para ser más punzante en el arco de Gutierrez. La primera del Muñeco volvió a ser fundamental, ya que ejecutó un centro perfecto para que Cabral lo desviara al segundo palo y convirtiera el tanto de la igualdad. Motivado por esta situación, el Millonario fue con todo a dar vuelta la historia y lo pudo conseguir rápidamente, de no ser por Pezzota (ver no hay…) que no quiso ver dos penales claritos cometidos a Radamel Falcao García.
Los minutos pasaban y las chances se esfumaban. Gallardo exigió al arquero tucumano en un tiro libre y el colombiano desviaba un cabezazo que hizo gritar a todo el Monumental. Parecía que ya no había tiempo para nada, pero llegó una jugada más en la que Buonanotte pisó el área y fue derribado instantes antes de rematar. No quedaban dudas de que era penal y esta vez el referí no tuvo excusa para no ejecutar la pena máxima. Entonces River tuvo la oportunidad dorada de conseguir la victoria. Todos esperaban el remate preciso de Gallardo, pero quien tomó la pelota fue Falcao quien dijo: ¨Voy yo¨. Remate seco a la izquierda de Gutierrez –que fue a ese palo- y al igual que ante Arsenal, se desató la locura en el Monumental.
Finalmente todo fue alegría y emoción, pero desvanecida la efervescencia de la victoria, hay que decir que hay errores que no pueden seguir ocurriendo. No se pueden seguir otorgando ventajas en el fondo, así como tampoco puede faltar claridad y tranquilidad para elaborar una jugada de ataque. Este receso vendrá muy bien para corregir errores y charlar mucho con los jugadores para que entiendan que se están jugando instancias muy importantes, que requieren máxima concentración y compromiso. EL racimo de partidos incluye el clásico con Racing, Gimnasia de la Plata y, en la línea del horizonte aparece… Boca.

No hay peor ciego que el que no quiere ver

En el arbitraje argentino y sudamericano se están dando situaciones que para cualquier espectador son difíciles de comprender. En este caso fue Pezzota quien bien pudo haber influido en el resultado en el caso que River no hubiera ganado.
La primer jugada polémica lo tuvo a Falcao como protagonista quien tiró la pelota larga en el área y cuando intentó pasar a su rival, éste le cruzó la pierna y lo derribó. EL árbitro no sólo no otorgó la falta sino que amonestó al colombiano. Lo más raro es que minutos después se produjo una jugada similar en la mitad de la cancha y allí el referí no dudó en sancionar a favor de River.
El partido continuó su desarrollo y llegó un centro al área de San Martín de Tucumán y allí se vio un claro agarrón –otra vez a Falcao- que ni el línea, no Pezzota vieron. Lo extraño en dicha jugada fue que el juez no volvió a amonestar al delantero Millonario.
Finalmente llegó la jugada de Buonanotte que sí terminó en penal y entonces llegó la justicia a Núñez. Pero más allá del resultado, resulta evidente que estamos en presencia de una camada de árbitros carentes de criterio y personalidad para dirigir los encuentros. Dirigen con dos reglamentos: uno para el campo y otro para las áreas, cobrando cualquier mancha en el primero y omitiendo casi cualquier cosa en el segundo.
Debería haber una extensa charla en el colegio de árbitros para corregir estas cuestiones y unificar criterios para que la manera de dirigir sea homogénea. Pero… cuando uno no quiere ver sus propios errores, se convierte en el pero ciego y no le importa más que seguir para adelante sin saber lo que ocurre a su alrededor

Un error del que hay que aprender

Ante San Martín de Tucumán se notó claramente la ausencia de Fabbiani, quien no pudo estar por haber acumulado dos amarillas. El problema es que esa segunda amarilla fue buscada por el jugador para limpiar su prontuario y de esta manera no correr riesgos de cara al clásico con Racing y con Boca. Lo cierto es que, después de este domingo quedó claro que no se puede subestimar a ningún rival y por eso el grado de compromiso debe ser absoluto. Si River sigue dando ventajas entonces se despedirá temprano de cualquier competencia. En vez de buscar hacer faltas es preferible cuidarse e intentar estar en la mayor cantidad de partidos posibles ya que en el torneo local vale lo mismo –desde el punto de vista matemático- ganarle a Boca que a San Martín de Tucumán. Más si se es un referente futbolístico como el Ogro que ha demostrado se un futbolista que absorbe la presión de sus compañeros y deja jugar más sueltos al resto de lo integrantes del equipo.

domingo, 22 de marzo de 2009

Ogro Retirado!


Cual Rocky en la estepa rusa, instantes previos a enfrentar al temible Iván Drago, al Ogro lo mandaron a las sierras tandilenses a completar un entrenamiento intensivo, aprovechando este lapso de mini pretemporada que se da por las eliminatorias.
Aunque no se han dado detalles de cuál será el cronograma de trabajo, así como tampoco se conocen los motivos por los cuales se eligió una ciudad alegada a mas de 300 Km. de la capital federal, resulta evidente que lo que quiere el cuerpo técnico es mantenerlo alejado de todo tipo de distracción.
Si el resultado fue efectivo o no, lo sabremos en ocho días, cuando el ex delantero de Newell´s retome sus entrenamientos con el resto de sus compañeros. Y la verdad se verá ante Racing, partido que marcará la reiniciación del Torneo Clausura.

Entrevista Exclusiva al Muñeco

Con la amabilidad de siempre Marcelo Gallardo atendió a FSP a solas en la intimidad de su mundo. Se soltó como pocas veces y no dudo en contarnos sus sueños, sus ganas de jugar tres o cuatro años más con la banda roja en el pecho y hasta de la frustración de no haber podido compartir una cancha con Maradona. Un muñeco autentico, como cuando la pelota le llega a sus pies. Inteligente, claro y pensante.
Ehh, muchos elogios. Se nota que nos queremos mucho y luego de varios años de relación podemos hablar sin pelos en la lengua.
Vamos entonces directo al meollo de la cuestión ¿cómo te encontrás físicamente? Algo de lo que tanto se hablo
Es indudable que todavía me falta un poco. Ojo, no estoy muy lejos de los chicos que hicieron pretemporada y vienen con ritmo futbolístico. Pero sé que de a poco iré encontrando mi mejor nivel.
¿Cómo terminaste el partido frente a Nacional?
Bien por suerte. Sólo tengo algunas molestias en el pubis. Estoy peleando con todo contra esos malestares pero son producto de una operación reciente. Es algo normal luego de ese tipo de intervenciones.
¿Te permite jugar y entrenar normalmente?
Digamos que si. Tengo que seguir trabajando día a día para seguir recuperándome. Igualmente, tengo que continuar haciendo una serie de trabajos como abdominales, por ejemplo, para dejar atrás esta lesión
¿Entrás condicionado a la cancha?
No, nada que ver. Cada vez que piso el verde césped me siento bien. Siento que puedo desarrollar el juego con naturalidad, mas allá de los dolores o molestias que por un tiempo me acompañarán.
¿Qué diferencias encontrás entre este River y aquel del 2007 que integraste?
Diferencias? Diferencias grandes no siento. Por ahí yo si me siento distinto. Los momentos no son iguales. Creo que las experiencias vividas me hacen tomar todo con más tranquilidad, tanto lo bueno como lo malo. En realidad quiero disfrutar todo lo que vivo y cada momento. Será porque son los últimos tres o cuatro años de mi vida como jugador. Pero trato de sacarle el jugo a cada acontecimiento que me toca vivir.
¿Pensaste que regresarías tan rápido?
Siempre pensé en volver a River. Esta es mi casa, forma una parte muy importante de mi vida. Yo siempre tuve la esperanza de regresar, lo que no sabía era si efectivamente lo podría llegar a concretar. Por suerte el esfuerzo que hice para volver, sumado al esfuerzo que hicieron algunos otros, nos ofrece un buen presente.
¿Ya convenciste a los que no hicieron tantos esfuerzos para que vos llegaras?
No me fijo en eso. Te digo más, no guardo rencor a quienes pensaban de esa manera. Hasta puedo llegar a entender que sus opiniones sean normales. Lo que pasa es que actuaron con desconocimiento; sólo se fijaron en lo que fui el último año. No se dan cuenta de que el fútbol ha mejorado en todos lados. Hay quienes creen que la estadounidense es una liga menor. Igualmente, mis últimos meses no fueron del todo buenos. Jugué pocos partidos por la lesión y podían tener cierto grado de desconfianza. Pero más allá de todo lo importante para mí es lo que yo creía. Y yo siempre tengo una actitud de vida muy positiva.
¿En qué momento pensaste en volver a River?
En todo momento. Tenía muchas ganas de estar aquí nuevamente y poder aportar algo al club que tanto me había dado. Estoy muy feliz. Espero que los demás también puedan identificarse de la misma manera.
Sabes que te eligieron como uno de los referentes
Yo actuo con naturalidad. Cuando se da un referente es porque los demás te eligen, no porque uno lo impone. Por suerte tengo una excelente relación con todos. Chicos y grandes. Y por ahí ven en mi el hambre de gloria que tengo. Es permanente eso. Y los motiva más. Una de las cosas que me encanta de este club es que acá hay que ganar siempre. Acá tenes que ganar y ganar y ganar. Siempre sueño con ganar todo lo que juegue. No sirve otra cosa. River es un grande en serio.
¿Y es bueno tanta exigencia?
Para un jugador nada mejor que te exijan ganar siempre. Preguntale a cualquier jugador si no le gustaría jugar en este club. Lo que pasa que esta institución es para pocos. Ponerse esa camiseta no es para cualquiera. River no es para cualquiera. Si no estas preparado para este grado de exigencia te tenes que ir. Vas a volver a donde viniste. Y mira que yo vi pasar a varios jugadores que como vinieron se tuvieron que ir.
¿Cómo ves a los chicos hoy?
Bien. Me entere que se esta haciendo un buen trabajo en inferiores y que se ganaron varias cosas. Ojalá estén preparados para cuando lleguen a primera a soportar este grado de exigencia.
¿Soñas con la celeste y blanca?

La selección no me quita el sueño. Mi ilusión es ponerme cada día mejor y romperla en River y salir campeón. Ahora una vez que logre eso y llegue fin de año, si me llaman, hablamos. Pero mi sueño hoy pasa por el millo.
¿Tenes buen trato con Maradona?
Si, muy bueno por suerte. Te digo mas, una de las frustraciones que tengo es no haber podido jugar con Diego. Me hubiese encantado compartir un partido con el. Haber tirado un par de paredes. Compartir una cancha. Pero es una pena que no lo pude lograr.
¿Cómo encontraste a River?
Y saliendo de un golpe duro como fue el que tuvo el torneo pasado. Por suerte creo que se esta recuperando. Y se que vamos a estar en la disputa de los dos torneos. Ya te dije, acá tenes que ganar siempre. Y hay jugadores que eso ya lo aprendieron.

lunes, 16 de marzo de 2009

Gallardo es de River ¿tiene que jugar?


Contra Vélez volvimos a ver un Gallardo enchufado y desequilibrante. Si bien esta vez no pudo convertir, estuvo cerca de hacerlo (exigió en dos oportunidades a Montoya) y puso una pelota de gol para Buonanotte que terminó tapando el arquero del Fortín.
Esto indica claramente que 25 minutos son escasos para que un jugador como el Muñeco pueda expresar todo su fútbol. El Diez de River dice que prefiere jugar de arranque y que el técnico lo saque cuando lo vea sin reservas físicas. Sin embargo Gorosito sigue optando por ponerlo en los instantes finales del encuentro.
La sensación es que Gallardo está bien físicamente, aún cuando tal vez le sea dificultoso completar los 90 minutos de un partido. Pero hay que tener en cuenta que nunca fue un jugador de gran despliegue, sino que su virtud es el panorama y la precisión para que jueguen sus compañeros.
También resulta extraño que Pipo considere que Gallardo no puede jugar más de 20 minutos, cuando Fabbiani juega los partidos enteros, más allá de su exceso de peso y el gran desgaste que está realizando el Ogro.
Uno cree que el técnico de River está aprovechando este período de tranquilidad a nivel resultados, para no apurar los tiempos y no sobre exigir al volante. Si éste es el motivo, entonces es más que entendible la postura de Gorosito. Sobre todo si tenemos en cuenta que, en el paso previo de Gallardo por esta institución, el jugador sufrió muchas lesiones que lo marginaron de varios partidos.

viernes, 13 de marzo de 2009

Los vigilantes de siempre



En el entrenamiento del jueves, Gorosito no pudo escapar al tema del momento: La renuncia de Riquelme a la selección. Los dichos del técnico fueron medidos, pero no por ello pasaron inadvertidos. Pipo dijo que si el volante decidió alejarse fue por algún motivo personal. Pero su comentario no concluyó ahí. Inmediatamente después dijo que no le preocupaba la renuncia de un jugador sino el hecho de que compañeros del mismo llamaran a Maradona para felicitarlo por lo ocurrido. Eso es de vigilante, comentó el DT.
No es tema de este foro hablar de lo ocurrido en otros equipos o con otros jugadores, más allá de que la Selección debería ser de todos. Pero si hablamos de vigilantes, tendríamos que referirnos a ciertos periodistas amarillistas que tienen un interés particular en atacar constantemente a River como Institución, a través de la vida privada de sus jugadores. Es por ello que estas personas que se creen ¨amos y señores del espectáculo¨ se meten en la vida privada de los demás y de esta manera intentan deteriorar la imagen institucional del club.
A semanas de haberse dado a conocer las declaraciones de Gorosito sobre las salidas nocturnas de Fabbiani, salieron publicadas unas fotos del delantero de River, divirtiéndose con una de las tantas mujeres que se sienten atraídas por el fútbol y sus protagonistas. Esto es algo que la dirigencia y el entrenador no pueden dejar pasar por alto, más allá de que éste último considere normal que un joven de 25 años concurra a centros nocturnos. Tal como dijimos en nuestra última editorial (publicada en el número 88 de FSP), todo aquel que toma una decisión y elige una determinada profesión, sabe que existen cosas que hay que sacrificar. En este caso los jugadores deben cuidar su físico al máximo para poder llevar a cabo una carrera que en muchos casos ni siquiera llega a los quince años de trayectoria.
Esto no pasa por la ingesta o no de alcohol. Simplemente por una cuestión de descanso físico: no rinde igual un jugador bien descansado que un jugador desgastado por las pocas horas de sueño acumuladas.
Por tal motivo consideramos que los dichos del entrenador de River fueron desafortunados, y más sabiendo que River viene de vivir un hecho similar con Ortega, quien tuvo que dejar la institución luego de que se hiciera pública su salida nocturna a un conocido boliche de Palermo.
Es obvio que los jugadores de River no son los únicos que hacen esto, pero deben entender que hay una persecución encarnizada por parte de algunos paparazzi que aguardan cualquier excusa para ensuciar la imagen del club que tanto dicen querer.

domingo, 8 de marzo de 2009

Muñeco recargado


Basta ver el rendimiento de Marcelo Gallardo ante Arsenal, para apreciar a un jugador que no le pesa la camiseta en absoluto, sino que la siente y la transpira al máximo. River empataba con uno menos y el Muñeco recibió la pelota en el área luego de una gran corrida del Ogro Fabbiani. Falcao y el propio Ogro esperaban el pase para empujar la pelota con el arco libre, pero Gallardo con mucha categoría, optó por picarla y colgarla en el ángulo del segundo palo. ¿Acaso tiene River hoy a algún jugador que se anime a eso?
Lo cierto es que a partir de entonces todo fue una fiesta en el Monumental y los jugadores se contagiaron del clima en el estadio y brindaron un espectáculo que hacía rato no se veía en Núñez. La frutilla del postre fue el segundo gol del Muñeco, luego de un pase magistral de Fabbiani que pudo jugar el partido entero.
Barbosa demostró seguridad en el juego aéreo y siempre se mostró atento y rápido para salir a cortar.
Quien merece un párrafo aparte es Danilo Gerlo. Lesionado y consiente de que el equipo quedaba mermado por la imposibilidad de hacer más modificaciones, se quedó en la cancha, pidió la pelota y no se escondió nunca.
Tanto el talento de Gallardo como la garra de Gerlo son ejemplos claros de lo que debe mostrar River hoy: entrega, frialdad y jerarquía para colocar al Millonario en el puesto que nunca debió abandonar.

jueves, 5 de marzo de 2009

Los referis en la copa y la misma historia de siempre


Cuando River ganó sobre la hora en su primera presentación de la Copa, muchos se rasgaron las vestiduras por el polémico gol sancionado por el árbitro. Ahora la situación se dio a la inversa. En Perú, ante La Universidad de San Martín de Porres, River sufrió la incidencia del referí que cobró un penal inexistente que le significó la ventaja transitoria al conjunto local.

Uno podría hacer una crítica y despotricar contra la incapacidad de los jueces del certamen y la pasividad de los dirigentes de la Confederación Sudamericana a la hora de aplicar sanciones. Sin embargo, esto carece de sentido porque este tipo de referatos ya se han convertido en un condimento clásico de la Libertadores. Ya es sabido que los árbitros –salvo contadas excepciones- son localistas y por ende se dejan influenciar por el entorno y los jugadores. Por ende nuestros jugadores tienen que saber esto y utilizarlo para intentar manejar tanto los partidos que juegan en Buenos Aires como en el exterior. De nada sirve ir a protestar y quedar condicionado con las tarjetas amarillas que salen con mucha facilidad a la hora de ir a jugar afuera. La Copa se gana con talento, garra y mucha inteligencia. Si River se deja vencer por el nerviosismo, entonces comprometerá seriamente sus chances en el certamen ya que se sabe que para llegar a la final, habrá que afrontar muchas situaciones polémicas en las que su rival de turno intentará imponerse desde lo psicológico. En el pasado hemos sufrido mucho por circunstancias producidas desde la provocación. No hay que olvidar la eliminación en manos del América de Cali –en el 2003- cuando Husaín se tomó a golpes de puño con el entrenador colombiano que le tiró del pelo en un lateral, y mucho menos la eliminación del 2004 cuando Barros Schelotto hizo lo que quiso en un Monumental colmado sólo por hinchas de River.

miércoles, 4 de marzo de 2009

La cabeza es lo más importante



Nicolás Sánchez llegó a River en agosto del 2007, cuando Daniel Passarella era el técnico. Con apenas dos semanas de entrenamiento junto a sus nuevos compañeros, el defensor debutó en la primera fecha ante San Lorenzo. Mostró un buen nivel y rápidamente, se fue adaptando al mundo “millonario”. Sin embargo, el 30 de octubre, en el partido ante Defensor Sporting por la Sudamericana empezó a vivir una “pesadilla”. Esa noche sufrió la fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo, que lo marginó del final del torneo y la Copa. Cuando arrancó el 2008, ya con Diego Simeone como entrenador, le costó ponerse a punto por una tendinitis. Finalmente, recién pudo volver a jugar el 18 de mayo, pero la alegría le iba a durar poco. Durante una práctica, sufrió una lesión en el empeine del pie derecho y le pusieron un tornillo para acelerar los tiempos de la recuperación. Le dolía tanto que debieron intervenirlo nuevamente para sacárselo. Otra vez, se quedó afuera de la definición del campeonato, justo el que iba a terminar con la vuelta olímpica. La “mala pata” aún no había finalizado: durante los festejos del título, cuando iban en el micro sin techo celebrando, Nicolás Domingo lo pisó y se volvió a fracturar el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Otra vez, a mirarlo desde afuera. No pudo hacer la pretemporada y se perdió gran parte del Apertura. Recién pudo jugar en reserva en los últimos partidos. Este verano arrancó a la par del resto y convenció a Néstor Gorosito de que podía ser titular. “La verdad es que tenía cierta incertidumbre. No sabía si el técnico me iba a tener en cuenta. Necesitaba la confianza del entrenador, que me la dio y le estoy muy agradecido. Después de tanto tiempo sin jugar sentía muchas ganas de hacerlo y por suerte, se me dio. Hoy ya no me fijo en las lesiones, sólo trato de hacer lo mejor por el equipo. Y pensar que en Chicago jugué 39 de los 40 partidos, no me lesioné nunca… y acá se me vinieron todas juntas”, comentó. “Yo sabía que dependía de mí, si hacía una buena pretemporada y me ponía bien, le podía demostrar al entrenador que contaba conmigo. Es importante que te den la oportunidad y que te banquen”, agregó.

lunes, 2 de marzo de 2009

hay que sacarse la careta


En una época en la que las caretas están muy de moda en Núñez, podríamos decir que las primeras presentaciones de Fabbiani significaron una gran máscara para disfrazar a un River que hasta ahora no puede encontrar un rumbo definido de juego. Pero así como en los éxitos de los últimos tiempos dijimos que no debíamos dejarnos llevar por la euforia general, ahora consideramos que no es tiempo de prender antorchas en búsqueda de culpables, aún cuando está claro que hay responsables y puntos flacos del equipo que se deben modificar.

Cargar las tintas sobre si el arquero sabe o no atajar, o si Ferrari tiene por costumbre habilitar a los contrarios, si Cabral solo marca con faltas o si Villagra está en condiciones de jugar con la cancha cambiada, carece de sentido ya que, como bien dijo Gorosito, el equipo empieza a defender con los delanteros y termina con el arquero. Obviamente que esto no quita que sí existan errores individuales y mayores responsabilidades en unos jugadores más que en otros.

Tampoco podemos salir a decir ahora que este River juega sin actitud o a desgano porque esta más que probado que todos corren y dejan todo hasta el final. Esto nos lleva a preguntar ¿Dónde esta entonces el problema de este equipo? La respuesta no es sencilla pero tiene que ver con la falta de marca que existe en algunos sectores claves del campo, como por ejemplo la mitad de la cancha. Dejando de lado a Ahumada, tanto Abelairas como Fernández carecen de contención y ello hace más dificultosa la tarea para una defensa que tiene que tomar a los rivales en velocidad. De hecho, Buonanotte mismo afecta a la marca del Millonario. Contra San Lorenzo se vio claramente en una jugada que de un corner a favor para River salió la contra del local y, a pesar de que el enano intentó presionar, su físico no le permitió siquiera entorpecer el avance del contrario. Estos son detalles que aunque uno no los veo, influyen y demasiado a la hora de facilitar la tarea de los jugadores encargados de defender.

Ahora bien, uno podría pensar que si el equipo de Gorosito juega con hombres de características más ofensivas, ello obliga al rival a cuidarse más en la defensa. El problema aquí es que ninguno de esos jugadores que está poniendo Gorosito, llegan a ser lo suficientemente profundos como para hacer replegar a los adversarios. Sacando de esta circunstancia a Augusto Fernández que tuvo un muy buen primer tiempo en el Nuevo Gasómetro, tanto Abelairas, como Ferrari o Villagra no logran llegar con claridad al fondo de la cancha y por ende no consiguen representar una amenaza concreta en el área contrario. Esto obliga a que la responsabilidad del juego recaiga en Rosales y Buonanotte y cuando ellos no consiguen desequilibrar, entonces obligan a Falcao a salir del área y abandonar la posición en la que más peligro genera.

Todo esto, en consecuencia, significa que lo que está faltando en el Millonario es claridad para elegir las jugadas de ataque e inteligencia para definirlas de la mejor manera. En el gol del enano a Orión, estaba entrando solo por la izquierda Abelairas. Al mismo tiempo, cuando el Pitu remató desde lejos, exigiendo al arquero de San Lorenzo, lo tenía a Villagra entrando solo. Es cierto que ambas jugadas fueron efectivas –una terminó en gol y la otra en tiro de esquina- pero ello no quiere decir que hayan sido la mejor opción para concluir la jugada.

El traspié del domingo pasado fue un gran golpe que nos hizo caer estrepitosamente a tierra. Pero no hay que dramatizar porque las chances siguen estando intactas. Lo que sí hay que hacer es trabajar y no usar los resultados como máscaras que intentan disfrazar una realidad que no es tal.