viernes, 25 de septiembre de 2009

Editorial

Está claro que Gorosito no cuenta con todo el respaldo de dirigentes y de referentes del plantel para seguir hasta diciembre. Pero puede más la conveniencia que la convicción. Es necesario que Pipo continúe en su cargo para evitar buscar un sucesor a tan sólo dos meses y medio de las elecciones. Pero la duda que circula en el ambiente riverplatense es si el actual técnico podrá soportar el presente turbulento, en caso de que no se revierta drásticamente la realidad futbolística.
El técnico siempre se encarga de relativizar la situación, pero internamente no encuentra respuestas para llegar a un plantel que en su gran mayoría está disconforme con ciertas decisiones del DT, pero que de todos modos decide encolumnarse en el apoyo que le brinda el máximo referente Ariel Ortega. El Burrito jamás olvidará el gesto que tuvo Pipo cuando le permitió entrenarse con Nueva Chicago en momentos que su pase estaba en manos del Fenerbahce, cuyos directivos lo mantenían alejado de la actividad. Por esto, entre otros motivos, Ortega se transformó en un incondicional, más allá de que en estos últimos tiempos no estuviera de acuerdo con la inclusión de Fabbiani dentro del once titular.
Ahora bien, como ya dijimos, no existe consenso entre dirigencia y jugadores para apoyar al entrenador, pero ¿Alguien se hace cargo de esta situación? ¿Donde está el máximo responsable del fútbol profesional Rodolfo Cuiña? Porque no nos olvidemos que Rodolfo fue el principal responsable de la llegada de Cristian Fabbini a River Plate por ejemplo. Si hasta lo acompañaba a ver torneos de tenis por la noche. El Ogro tiene tan poco compromiso con el plantel, como Cuiña con el bienestar de River. Por algo tanto al Ogro como al principal responsable del fútbol profesional, muchos jugadores no los quieren ver más. Ambos dejaron muchas deudas en el camino. De gratitud, de compromiso entre otras cosas. Y no se dan cuenta que están en River, la casa blanca del fútbol argentino.
En el número anterior agradecimos a Daniel Passarella y su gente por brindarnos la posibilidad de poder hablar con ellos. Hoy se lo agradecemos a Rodolfo D´Onofrio, quien muy amablemente nos recibió en su bunker de campaña y además no dudo en contestar todas las preguntas que le hicimos. Por suerte parece que se viene una elección limpia, sin agravios personales entre los candidatos y esperemos sin proscripciones. Es por eso que desde estas líneas repudiamos el ataque del que fuera objeto el camión que sostiene la publicidad de Antonio Caselli. Sabemos que ese camino no conduce a nada. Y confiamos en que solo haya sido un error involuntario.

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